Una nutrición balanceada favorece tanto la salud física como el estado emocional. Proporciona al cuerpo los nutrientes necesarios para un funcionamiento óptimo y contribuye a regular el estado de ánimo.
Cada vez somos más conscientes de la importancia de lograr un estado de autocuidado, bienestar y plenitud que sea sostenible en el tiempo. Esto, se ha convertido en una prioridad para la sociedad actual, y en esta agenda de bienestar, la nutrición es la base para alcanzar estos objetivos.
De acuerdo con datos recientes de la Sociedad Estadounidense de Psiquiatría (APA), el 81% de la población mayor de edad en los Estados Unidos asegura estar dispuesta a cambiar su dieta como medida para mejorar su estado mental. En República Dominicana, la Alianza por el Bienestar y la Alimentación Consciente se ha sumado a esta corriente mundial, promoviendo una alimentación balanceada como fundamento para elevar la calidad de vida y el bienestar de la población dominicana.
En los últimos años, República Dominicana ha estado dando pasos importantes hacia la concreción de una sociedad más cohesionada e inclusiva. La Alianza por el Bienestar y la Alimentación Consciente, una iniciativa concebida por el Ministerio de Industria, Comercio y Mipymes (MICM), el Ministerio de Salud Pública (MSP) y la Asociación de Industrias de la República Dominicana (AIRD), junto a diversas empresas del sector privado, es un claro ejemplo de ello, debido a su loable intención de empoderar a los consumidores a través de la orientación en nutrición y hábitos de vida sostenibles.
La Alianza es una plataforma que busca orientar al consumidor en la toma de decisiones conscientes sobre su alimentación y estilo de vida. A través de sus canales de comunicación, cada entidad aliada realiza esfuerzos concretos dirigidos a concienciar a los consumidores de manera que puedan lograr el equilibrio y conquistar una mejor calidad de vida.
Cada año se nos hace un llamado que nos recuerda la importancia de cuidar nuestra salud cardiovascular.
En el contexto actual es vital tomar conciencia sobre cómo podemos proteger nuestro corazón y todo el sistema cardiovascular. Expertos recomiendan al menos 150 minutos de ejercicio moderado o 75 minutos de actividad intensa a la semana. Aunque parezca poco, estas pequeñas dosis de actividad pueden prevenir enfermedades cardíacas o, si ya se padecen, contribuir a su mejora.
En nuestro país, la Alianza por el Bienestar y la Alimentación Consciente se suma a este objetivo, promoviendo la actividad física como una de las herramientas más poderosas para mantener un corazón sano y mejorar la calidad de vida. La organización, junto a sus aliados, propaga el mensaje de que mover el cuerpo es una de las mejores decisiones que podemos tomar por nuestra salud.
Lograr el bienestar no es cuestión de seguir una fórmula mágica, sino de encontrar un equilibrio armonioso entre diversos aspectos de la vida. La Alianza por el Bienestar y Alimentación Consciente ha identificado varios pilares fundamentales para alcanzar este equilibrio: una alimentación balanceada, actividad física, sueño saludable, manejo del tiempo, entre otros que, interrelacionados, son cruciales para mantener una vida plena.
Mario Pujols, representante de la Alianza, expresa qué, “luego de evaluar papers, investigaciones, consultar con nuestros especialistas aliados y comprender en detalle los retos que más afectan a las sociedades de hoy, llegamos a estos pilares. Y es interesante, porque el equilibrio en todo es fundamental para la permanencia; en la salud es igual”.
La mujer actual está inmersa en un mundo exigente en el que necesita encontrar un equilibrio hacia una vida de bienestar. Este balance no se comprueba con su capacidad para cumplir con las expectativas sociales; tampoco con mostrar una apariencia impecable u ostentar un éxito profesional rotundo. En el fondo, el bienestar depende enteramente del interior, en una combinación del estado mental y el emocional.
El bienestar emocional de las mujeres debe abordarse de manera especializada, debido a que los roles de género pueden influir en la manera en que los distintos factores relacionados con el mismo afectan a las personas. En Latinoamérica, la depresión y la ansiedad son el doble de prevalentes en la población femenina, por lo que muchos profesionales consideran absolutamente necesario que el factor género se incluya en el currículum de los profesionales de la salud , tal como expone la investigación “Algunas consideraciones sobre la salud de las mujeres en América Latina y el Caribe” de las psiquiatras Silvia Gaviria y Marta Rondón.